Las
04:30 horas de la mañana del pasado lunes, 23 de abril. Un coche de la Policía Nacional
patrullaba, como es habitual, las calles de Chamartín. A los agentes les llamó
poderosamente la atención la actuación de un joven que, en cuanto los vio, se
puso muy nervioso y salió corriendo junto a una chica. Sin dudarlo un instante,
los policías fueron tras ellos para averiguar su identidad.
La
persecución, propia de cualquier película de acción, no hacía más que comenzar.
El individuo se montó en su coche y, arrancando de cuajo la barrera del parking
en el que estaba aparcado, huyó a gran velocidad y en dirección contraria,
esquivando así a los agentes que pretendían darle el alto.
Salió
a la M-30 con las luces apagadas para evitar ser visto, y consiguió, a tiempo
parcial, despistar a la policía. Para entonces, las alarmas se habían disparado
y numerosas patrullas ya estaban preparadas por las calles de la capital. A
ellas se unió un potente helicóptero policial que a las 07:30 horas logró
localizar el vehículo en el término de Vallecas.
El
seguimiento se reanudó por la A-2, donde, a pesar del enorme tráfico en hora
punta, el delincuente circulaba realizando maniobras realmente complicadas y
poniendo en serio peligro al resto de conductores. Por el arcén, entre
carriles, cruzándose, dando volantazos, haciendo frenar bruscamente al de al
lado... Y todo esto a una velocidad desmedida.
A
la altura de Barajas, junto a un polígono industrial, viendo que era imposible
avanzar por la congestión de tráfico, decidió abandonar el automóvil y cruzar
la mediana, para robar uno de los coches parados por el atasco. Creía que de
ese modo despistaría a la Policía, pero al ser bloqueados por un furgón que no
podía apartarse como el resto lo hacía, tuvo que continuar su huida esta vez a
pie, junto a su compañera. Ahora la suerte estaba de su parte, pues el
helicóptero que le seguía no puede circular por zonas cercanas al aeropuerto,
por motivos de seguridad.
Aun
así, la aeronave vigilaba y seguía sus movimientos desde la distancia, y los
iba retrasmitiendo a la vez a los agentes que realizaban la persecución por
tierra.
En
pocos minutos, el ruido estrepitoso de las sirenas se hacía notar por la
autovía. Más de una decena de coches de la Policía Nacional y de la Guardia
Civil se adentraron en la zona abriéndose paso entre los coches. En poco
tiempo, lograron rodear la zona donde se encontraban los delincuentes.
Al
más puro estilo de Hollywood, los policías se lanzaron de sus respectivos vehículos
y comenzaron el rastreo coordinados desde el aire. Saltaron la barrera de
seguridad de la carretera, unas vallas de metal que cercaban un terreno y unos
matorrales hasta dar con el prófugo y su pareja, que se habían escondido debajo
de un camión de grandes dimensiones.
El
momento de la detención fue todo un espectáculo. La gente observaba expectante desde
sus automóviles y rumoreaba sobre qué clase de delincuente pudiera ser. Desde
luego, su actuación era muy agresiva. El individuo estaba fuera de control.
Gritaba y se movía como un poseso, y amenazaba de muerte a los agentes.
Después
de un buen rato, consiguieron reducirlo e inmovilizarlo en la calzada. La mujer
no opuso resistencia alguna. Miraba nerviosa y cabizbaja a su pareja, mientras
le ponían las esposas. En el coche, los guardias encontraron un carnet falso,
dos navajas, hachís y 1.500 euros.
Fueron
trasladados inmediatamente a Urgencias por las lesiones que habían acumulado
durante la fuga. Incluso allí el comportamiento de él fue agresivo con los
médicos y enfermeros que le atendieron. Seguidamente, se los llevaron a la
comisaría más próxima.
Para
sorpresa de la policía, el joven resultó ser Juan María Gordillo Plaza, de 25
años, más conocido como “El niño Juan”. Se trata de un peligroso alunicero, que
ya contaba con dos órdenes de búsqueda y captura. Su expediente revelaba que había
sido detenido hasta en 24 ocasiones por tráfico de drogas, robos de coches
utilizando la técnica del alunizaje, tenencia ilícita de armas, desobediencia,
atentado contra la autoridad, allanamiento de morada, etc. Los agentes habían
hecho una larga pero gran labor. En los próximos días, Gordillo pasará a
disposición judicial.
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