Desde
la llegada del nuevo Gobierno, la calidad de RTVE se ha echado a perder. Su
futuro parece ir aumentando a peor y cada vez que Rajoy y los suyos mencionan a la
televisión pública, todos sus miembros echan a temblar.
La
primera medida que anunció Cristóbal Montoro, actual ministro de Hacienda y
Administraciones Públicas, fue el recorte de 200 millones del presupuesto
estatal que recibía anualmente. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría,
alegó que la televisión pública no es un servicio gratuito.
Esta
reducción presupuestaria ha hecho que TVE tenga que apretarse el cinturón más
que nunca, midiendo al detalle toda su parrilla para que puedan cuadrar las
cuentas.
La
cadena, ha tenido que prescindir de algunas de sus mejores series como “Cuéntame
cómo pasó” o “Águila Roja”, a pesar de que su audiencia supera los cinco
millones y medio de espectadores. El rodaje de cada capítulo ronda los 800.000
euros.
Las
estrellas, directivos y los contertulios de los programas informativos y
magazines verán rebajados sus sueldos entre un 10% y un 25%, tanto en radio
como en televisión.
En
cuanto a los deportes, uno de los platos fuertes de la casa, pueden verse gravemente
afectados, y se ha anunciado, por ejemplo, que la cobertura de los Juegos
Olímpicos de Londres se reducirá un 25% respecto a la de Pekín en 2008. Tampoco
se viajará a los estadios situados fuera de Madrid para retransmitir durante la
Champions.
Una
medida que se baraja también es renunciar a alguno de los siete canales que
componen TVE: La1, La2, Clan, 24horas, Teledeporte, TVE HD y TVE Internacional.
El
mítico programa “59 segundos” fue sustituido el pasado 11 de abril por “El
debate de La 1”. El modelo es el mismo, pero han logrado ahorrarse una gran
cantidad de dinero al no pagar los derechos a Globomedia por el formato.
Por
si todo esto fuera poco, el viernes el Gobierno decidió aprobar un decreto-ley para que no sea necesaria la mayoría cualificada de dos tercios del congreso
a la hora de elegir al presidente de RTVE, sino que bastaría con obtener la mayoría
absoluta.
Si
de algo podemos fardar los españoles es de que en los últimos años hemos
conseguido tener una de las mejores televisiones públicas del mundo, que ha
recibido numerosos premios y reconocimientos internacionales. Los más recientes,
hace tan sólo una semana, en el Festival Internacional de Cine y Televisión de
Nueva York.
Por
eso no podemos dejar que un Gobierno acabe con la calidad de nuestra
televisión, dejándola en manos de un sólo partido político, de una sola
ideología, pues supone un paso atrás
y pone en peligro la independencia de la Corporación de RTVE, algo que
tanto esfuerzo ha llevado conseguir.
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